Palabras de la Hermana Mayor en la lectura del pregón

Excmo. Sr Alcalde, Querido Anfitrión y Corporación Municipal.

 

(Excmo. Sr Arzobispo de Belcastro)

 

Excmo. Sr Obispo de Nuestra Diócesis.

 

Excmo. Sr Pregonero.

 

Sr Guardián del Cristo.

 

Dignísimas Autoridades.

 

Cofradía del Santísimo Cristo de La Victoria de Vigo.

 

 

 

Amigas y amigos,

 

Sean mis primeras palabras para agradecer al Alcalde y a la Corporación Municipal su acogida en este precioso lugar lleno de recuerdos, así como que año tras año, y ya son ocho con este gobierno! apliquen sus mejores esfuerzos para hacer más fácil la organización de este multitudinario acontecimiento.

 

En nombre de todos los cofrades a los que represento y en el mío propio, muchas gracias.

 

Por nuestra parte, estamos entusiasmados con que la cátedra de nuestra Con-Catedral, durante los tres últimos años haya sido ocupada, nada menos que por tres Arzobispos procedentes de la Orden de los Franciscanos.

 

En esta ocasión hemos sido honrados con la presencia del Arzobispo de Belcastro, que a pesar de su apretada agenda en el Vaticano, nos ha hecho un hueco para dedicarnos sabias palabras durante toda la novena.

 

Sería imposible reproducir aquí sus exhaustivas y acertadas homilías, pero sí me gustaría destacar que nos ha instado a vivir la fe con integridad y rigor, a no acomodarnos practicando una religión “a la carta” sino a ser valientes y apasionados en nuestro amor a Cristo, del que debemos dar testimonio. Rigor, pasión, valentía y amor.

 

Esperamos que el siempre fiel pueblo de Vigo nos sorprenda agradablemente un año más y el Sr. Arzobispo disfrute de la procesión como justa recompensa al esfuerzo de acompañarnos y ayudarnos en esta edición porque ¿qué mejor testimonio hay que cientos de miles de almas del valiente pueblo de Vigo abarrotando sus calles para, año tras año, acompañar al Santísimo Cristo de Vigo en su procesión del primer domingo de agosto?.

 

Muchas personas son clave para el éxito de cada edición de la procesión del Santísimo Cristo de Vigo.

 

Hoy quiero dar las gracias a José Manuel Lorenzo Morales, presidente de la Asociación Sindical de Representantes de Comercio de la provincia de Pontevedra.

 

Esta asociación cumple 60 años de andadura y han querido, a través de su presidente, hacer coincidir este evento con algo tan vigués como señalar el camino que va a recorrer nuestro Cristo, portando su estandarte.

 

Esta importante asociación tiene como patrona a Nuestra Señora de la Esperanza. Se define la esperanza (que es una de las virtudes teologales junto con la fe y la caridad) como un estado de ánimo optimista, basado en la expectativa de resultados favorables. Creo que es justo decir que este estado de ánimo define a nuestra ciudad, que no es por casualidad el motor económico y la primera ciudad de Galicia.

 

Gracias José Manuel por tu generosidad al aceptar portar el pendón del Santísimo Cristo.

 

Como todo el mundo sabe, los vigueses nacen donde sus madres tienen a bien. Uno de estos vigueses, nacido en Santiago, es nuestro admirado Antonio Romero Lorenzo, fue Juez Decano de Vigo, Magistrado Emérito del Tribunal Supremo y un largo etc.

 

No pretendo glosar la figura de nuestro querido magistrado pero sí agradecer a nuestro pregonero su trayectoria profesional. Esperamos y deseamos que sea un espejo en el que se vean otros jueces, con una vida dedicada exitosamente al exigente deber de impartir justicia, gracias a una fuerte vocación, rigor y pasión.

 

Querido Antonio recibe el agradecimiento de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Victoria de Vigo, por haber aceptado el anuncio de la Procesión del Cristo.

 

Me gustaría cerrar mi intervención con las recientes palabras del Santo Padre, el Papa Francisco, que condensa la fórmula de la felicidad en las siguientes diez conductas:

 

 

 

Vivir y dejar vivir,

 

Darse a los demás,

 

Moverse remansadamente,

 

Jugar con los chicos,

 

Compartir los domingos con la familia,

 

Ayudar a los jóvenes a conseguir empleo,

 

Cuidar la naturaleza,

 

Olvidarse rápido de lo negativo,

 

Respetar al que piensa distinto,

 

Buscar activamente la paz.

 

 

 

Queridos amigos, me despido ya de vosotros elevando una súplica a nuestro Cristo de la Sal, para que no se canse de derramar felicidad sobre nuestro pueblo, que es tolerante, generoso y sereno, que juega, comparte en familia, se preocupa de sus jóvenes, cuida del mar que le provee de bienes, olvida, respeta y sin duda, quiere y busca la paz.

 

Muchas gracias

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