El nuncio apostólico en España ratifica la concesión del título de basílica a la Colegiata
“Es un honor concedido a pocas iglesias en el mundo”. Es la frase con la que el nuncio apostólico en España, Bernardito Auza, comenzó su discurso en la Colegiata para ratificar la concesión del título de basílica menor al templo de Santa María de Vigo. El representante diplomático de la Santa Sede fue el encargado de oficiar la eucaristía de acción de gracias en el día de la Inmaculada Concepción ante más de medio centenar de feligreses y acompañado por el obispo de la diócesis de Tui-Vigo, Luis Quinteiro Fiuza. Ambos se reunieron al término de la misa con el alcalde de Vigo, Abel Caballero, y la presidenta de la Diputación, Carmela Silva. También asistió a la ceremonia la delegada de la Xunta en la ciudad olívica, Marta Fernández-Tapias.
Auza destacó que era “muy importante” para él estar en uno de los iconos de la urbe “en nombre del papa Francisco”, quien confirió el título y la dignidad de basílica a la concatedral de Santa María de Vigo –la séptima de Galicia– mediante un decreto del 14 de julio de este año. A su vez, pidió al Cristo de la Victoria –que se venera este templo– fuerza para poder vencer las adversidades que presenta una actualidad marcada por la pandemia del COVID-19, “que tantas desgracias está dejando”.
Durante el acto, que contó con aforo reducido –se alcanzó el máximo; personal de la asociación Vodea (Voluntarios de Eventos y Actividades) ayudaron a controlarlo y garantizaron que se cumplían las medidas higiénico-sanitarias– y se prolongó durante más de una hora, los participantes ensalzaron la labor de las personas que están en primera línea en la lucha contra el virus, como los sanitarios o los investigadores de la vacuna, y de aquellas otras que, en una coyuntura tan compleja, prestan su apoyo a toda la ciudadanía: las fuerzas del orden o los profesionales del sector de la alimentación. También se acordaron de las víctimas que ha dejado la pandemia y de los enfermos, para los que pidieron una pronta y excelente recuperación.
Como basílica, el templo vigués, Concatedral desde el año 1959, tiene una serie de privilegios y nuevas obligaciones: podrá hacer uso de símbolos de la dignidad pontificia, como el sello con las llaves entrecruzadas, el conopeo que identifica a los templos con especial vinculación a la Santa Sede, o el tintinábulo, una campanilla que se usará en ocasiones solemnes, como la procesión de Corpus Christi. Además, asume el compromiso de promover la formación bíblica, divulgar y estudiar documentos del magisterio del Sumo Pontífice, y la obligación de celebrar solemnemente ciertas fiestas: la cátedra de San Pedro (22 de febrero), las festividades de San Pedro y San Pablo (29 de junio), el aniversario de la exaltación del papa Francisco (19 de marzo), el de la concesión del título de basílica y otra fecha que el obispado de Tui-Vigo determine.
Fuente:Faro de Vigo