DISCURSO PRESIDENTA COFRADÍA PREGÓN 2021

Sr. Alcalde, querido anfitrión
Corporación municipal,
Sr. Obispo,
Sr. Magistrado Juez Decano, querido pregonero,
Dignísimas autoridades,
Cofradía del Santísimo Cristo de la Victoria de Vigo
Amigas y amigos,

Quiero que mis primeras palabras sean para manifestar el profundo pesar con el que, por segundo año consecutivo, nos hemos visto obligados a tomar la difícil decisión de suspender la procesión de nuestro querido Cristo de la Victoria por las calles de su amado Vigo.

Agradecemos mucho la compresión del Sr. Obispo y especialmente la de nuestro alcalde que nos animó en todo momento y estuvo decidido a apoyar cualquier alternativa que se nos ocurriera, pero lamentablemente la actual evolución de la pandemia en la ciudad de Vigo no nos ha dejado alternativa.

La procesión es fundamental, el amor es siempre ruidoso, se muestra alegre e inocente y es poco prudente, porque siempre confía. Nuestra misión como Cofradía es cuidar la devoción, pero es nuestro deber no exponer a los vigueses a ningún riesgo, por ello hemos tomado esta decisión.

Este año durante la novena hemos vuelto a oír las reflexiones de nuestro querido arzobispo emérito de Tánger, que ha ocupado una vez más la cátedra de nuestra Basílica Concatedral y que nos ha ofrecido una visión hermosa de nuestra devoción y nuestro Cristo, agradecemos su disponibilidad y su cariño.

En octubre de 2020 asistimos al honor de que nuestra concatedral de Vigo se consagrase como basílica, tras verificarse que cumple los requisitos para alcanzar el titulo basilical, siendo para mí el más importante ser el foco espiritual para multitud de devotos que acuden a ella.
Cuando el nuncio de Su Santidad la consagró, distinguió al pueblo de Vigo y desde aquí quiero dar mi enhorabuena a nuestros queridísimos vigueses. La iglesia rindió un homenaje a Vigo cuando otorgó a Santa María de Vigo el título de Colegiata, otro cuando la hizo Concatedral y este último homenaje lo hace el papa Francisco, nombrándola Basílica.

En todas estas ocasiones el título concedido a Santa María coincidió con un lanzamiento de esplendor de Vigo y esta vez no será menos, a pesar del silencio de dos procesiones.

El nombre de basílica quiere decir “Casa Real”. Las basílicas en la época greco-romana eran suntuosos edificios públicos en los que solían instalarse tribunales, y en las ciudades romanas ocupaban un lugar preferente en el foro.

Si me permitís el atrevimiento, creo que no es casualidad que a los pocos meses de la consagración de Santa María como Basílica se vaya a inaugurar la ciudad de la justicia en Vigo, que será la ciudad de justicia más bonita e imponente del noroeste.

Podríamos decir por tanto que en Vigo tendremos dos basílicas: en una se impartirá la caridad y en la otra la justicia. Volviendo a citar a Concepción Arenal “hay tanta justicia en la caridad y tanta caridad en la justicia que no parece loca la esperanza de que llegue el día en que se confundan”.

En este año en el que celebramos contentos la llegada de nuestra nueva basílica de justicia, nos honra habiendo aceptado ser nuestro pregonero el Magistrado Juez Decano de Vigo, Germán Serrano Espinosa.

Germán se licenció en Granada y se doctoró en Vigo. Es uno de esos magníficos vigueses que nacieron fuera de Vigo, pero está totalmente enraizado en la ciudad olívica. Su mujer Estefania dirige el centro de estudios superiores Aloya, un centro de mucho prestigio en nuestra ciudad, y sus hijos Estefanía, Germán, Mariana y Carmen, se han formado en Vigo.

Nuestro magistrado se dedica a un trabajo importantísimo, pues Vigo cuenta tanto con sólidos y valientes emprendedores como con una magnifica fuerza de trabajo, teniendo ambos conjuntos legítimos intereses que en ocasiones entran en colusión.

Poder contar con la destreza de arbitrar entre unos y otros manteniendo la ilusión del que emprende y el empuje del que desarrolla es un beneficio para nuestra ciudad y por esta labor Germán, te estamos muy agradecidos, además de por supuesto agradecerte en esta concreta ocasión que nos hayas honrado siendo nuestro pregonero.

En estos tiempos que continúan siendo difíciles, con la salud y la economía de muchos vigueses en una situación todavía comprometida, me gustaría finalizar mi intervención dirigiéndome a nuestro Cristo de la Sal, con algunos fragmentos y un ruego extraído del padre nuestro traducido del arameo:

Líbrame de todo mal, de toda violencia de todo infortunio, de toda enfermedad. líbrame de todo dolor, de toda tristeza, angustia y de toda desilusión
Pero, aun si tales dificultades ves que son necesarias en mi vida, que yo tenga la fuerza y el coraje de decir

¡Gracias, Padre Señor Rey del Universo por esta lección!

Santísimo Cristo de la Victoria de Vigo, te pedimos que sigas cuidando de tu pueblo y que, a pesar de que te hayamos tenido encerrado dos años, permitas que Vigo salga fortalecido de esta pandemia.

Muchas gracias

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