Para qué me voy a molestar en hablarles de Cristo si no quieren escuchar?

Temprano en la mañana, estaba Don sentado tomando su receso o el coffebreak en su trabajo, en la compañía de Pepsi, y inmediatamente fue transportado a una calle en una ciudad donde él y su esposa Mariana trataban de compartir las ”Buenas Noticias de Jesucristo a todos aquellos que pasaban. Pero nadie los escuchaba!.”en ese momento, Don sintió una fustración tan grande, y se preguntó, ”¿Para que molestarse?” ¿Qué caso tiene?

Tan pronto como se preguntó, Don se vió así mismo parado en un hoyo negro de substancia lodosa. Estaba enfrente a lo que parecía ser un gran auditorio que se podía ver tan lejos hasta donde la vista alcanzaba. Los pilares a los lados del gran auditorio, que daban soporte al techo, eran negros y estaban charreados como si hubieran sido quemados. Sentados en el auditorio se encontraban un sin número de personas, ningún asiento estaba vacío.

Don se inclinó para tomar del lodo y este se escurría de entre sus dedos. Cuando levantó la vista notó algo muy alarmante!. Cuando pudo enfocar su vista en una sola persona en el auditorio, inmediatamente esta persona explotó en flamas!. Cuando Don miró a otra persona , esa persona también explotó en flamas!. Cada vez que el enfocaba su vista en alguna persona sentada, esta persona empezaba a quemarse.

En ese momento Don oyó la voz de Dios diciéndole:

”Esto es por lo que debes molestarte! . Porque si tú no les dices, ellos perecerán y se quemarán en el infierno!”

Entonces Don se encontró otra vez en la Pepsi.

Esta visión fué el nacimiento de su ministerio… ”Amado Dios, iremos y les diremos!”

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