Dios da cada día conforme a nuestras necesidades

Quiero compartirles algo breve, un pequeño testimonio, algo quizas tonton que me pasó ayer, pero que apoyan las promesas que tenemos de nuestro padre.

Resulta que para yo cobrar mi sueldo faltan algunos 10 días, a todo esto tengo en mi cartera poco menos de lo que necesito para transportarme por esta semana. Sucede que en mi casa las cosas, coincidencialmente, no están tan bien en estos días, y pues… no tenía que llevarme para almorzar en el trabajo y tampoco tenía dinero para comprar algo. Aunque, gracias al Señor me desayune con una taza de leche y una galleta y había otra que decidí conservar para comer al medio día.

A pesar de todo ésto, me sentía confiada y no me sentía triste por la situación, incluso dije, bueno no almorzar me servirá para bajar un poco la panza jajaja… Cuando salía camino a mi trabajo dije: yo reprendo y ato al devorador de las finanzas… Pero, en mi ingrata humanidad decía yo en mi trabajo: wow qué crisis tengo!… Para colmo, me entero que un compañero cumple años, y esto implica buscar dinero para comprar bizcocho y refresco, y yo solo pensaba que lo que tenía talvez ni me daba para transportarme en la semana, y bueno en mi mente ya estaba practicando la frase que le diría a mi compañero cuando recolectarán el dinero. Pero calladita yo, vi que nadie estaba en ánimos de hacer nada…

Llegado el medio día, tome un vaso de café y me lo comí con mi galletita y me ajuste un vaso de agua, ya saben para que creciera jajaja…

Bueno en la tarde, cuando mi jefe regresa de su casa, me dice, oye walky aquí hay una picadera!… y para mi fue como si escuchara clarito que dijeran: Salud!… Ni corta ni perezosa fue hacia mis picadera y me llene la barriguita…

No bien pasadas 2 horas, llega la esposa de mi compañero, con una fanfarria y un bizcocho en mano… vaya sorpresa!! Llegó el postre, con bebida y al mejor precio (gratis).

En resumen, ayer que supuestamente era el día en que pasaría la hambre de mi vida, comí como nunca… hasta no pude cenar en mi casa jajaja!!!!

Realmente las promesas de Dios son verdaderas y se cumple para aquellos que en verdad se agarran de ellas.

Dice la Biblia: he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su simiente que busque pan.” (Salmo 37:25). Porque además “…los pájaros del cielo no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta.” (Mt.6)

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