La misa de los enfermos congrega en la Colegiata a decenas de devotos del Cristo

La celebración litúrgica está destinada a aquellas personas que, por impedimento de salud, no pueden acudir a la procesión

La iglesia de Santa María volvió a llenarse ayer de fieles que participaron en la ya tradicional misa de los enfermos. La liturgia, que se celebra desde hace poco más de diez años, está especialmente destinada a los devotos que, por motivos de salud, no pueden ir a la procesión. Así, aprovechan esta oportunidad para rendir honores al Cristo de la Victoria y hacerle sus peticiones y ofrendas. El obispo, Luis Quintero Fiuza, ofició la misa que comenzó a las cinco de la tarde. Además de personas a nivel particular, asistieron fieles que llegaron en un autobús de los Hermanos Misioneros Pobres de Teis, otro procedente de las parroquias de San Ignacio de Loyola y Teis, además de un microbús de la iglesia de María Inmaculada. Este año faltaron a la cita las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, que no pudieron asistir por el traslado de la directora del centro, que se va a trabajar a México. Ana Cáceres, integrante de la organización y de la Pastoral de la Salud de la Soledad, señaló poco antes de iniciarse la celebración litúrgica que es una misa “muy concurrida a la que cada año viene más gente”. En este sentido, apuntó que “funciona mucho el boca a boca” y siempre hay personas que acuden a la cita por primera vez “y suelen repetir después”. “Es muy importante darles a los enfermos la oportunidad de participar ya que no pueden ir a la procesión, aunque les gustaría”, concluyó. De la misma opinión son Isabel Comesaña y Puri Fernández, de la Pastoral de la Salud de San Francisco. “Hace años que venimos acompañando a los enfermos, que así pueden participar, hacer sus promesas y peticiones al Cristo”, apuntaron casi a coro poco antes de entrar a la Colegiata para asistir a la misa, precisamente acompañando a algunos de estos dolientes. Por su parte, el matrimonio vigués formado por Belarmino y Josefina es otro de los fijos que no falla un año a la cita. “Venimos siempre a esta misa para pedir al Cristo salud, fuerzas para cuidar a mi marido y también justicia”, afirmó Josefina ante la puerta de la iglesia. “Cuando estamos bien no le damos importancia a la salud y la tiene, y mucho. Por eso yo nunca pido dinero, solo salud”, concluyó. Mientras tanto, decenas de fieles fueron entrando a la Colegiata y llenaron los bancos en una celebración litúrgica que se ha convertido ya, pese a ser relativamente reciente, en una cita ineludible en la programación de actos religiosos. Posteriormente, el cardenal Carlos Amigo presidió una nueva jornada de la novena, que comenzó a las 20.00 horas. El pregón y el descendimiento centran los actos de mañana La cuenta atrás para la celebración de la multitudinaria procesión del domingo, que se realizará con el recorrido tradicional, tiene mañana sábado dos citas de excepción. La primera será la lectura del pregón, que este año correrá a cargo de Felipe Bárcena, conde de Torre Cedeira. El acto se celebrará a partir de las 13.00 horas en el Pazo Quiñones de León. El segundo momento cumbre de la jornada es el descendimiento del Cristo, que tendrá lugar justo después de la misa de las ocho de la tarde y que, como es habitual, es un procedimiento que corre a cargo de los cofrades que se encargan de llevarlo en la procesión. Este acto, que congrega en la iglesia de Santa María a centenares de personas, es uno de los eventos más emotivos para los fieles, que tienen la oportunidad de besar la imagen. Hoy, como previo al intenso fin de semana, la Cofradía organiza la tradicional comida de confraternidad. Fuente: Faro de Vigo

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