El Cristo salió en la procesión más multitudinaria de los últimos años

La procesión del Cristo da Victoria transcurrió sin sorpresas en una de las convocatorias más multitudinarias de los últimos años. Miles de fieles acompañaron a la imagen desde el Casco Vello en un recorrido circular ante la sorpresa de los turistas que se cruzaban con la comitiva, que prolongó durante más de tres horas.

El sol brillaba cuando el Cristo se asomó por la puerta de la Concatedral. En la plaza se amontonaban los devotos, sin moverse y sin dejar apenas espacio para pasar. Las velas encendidas y los móviles sobresalían por encima de las cabezas. Los costaleros no avanzaron hasta que las campanadas finalizaron. Unos instantes que se hicieron interminables para los presentes. A continuación, la banda de gaiteiros de la Diputación interpretó el himno del Antiguo Reino de Galicia. Abrieron el paso los monaguillos con la cruz procesional, seguidos por la familia de Ignacio Núñez, ex-presidente del Real Club Celta, que portaban el estandarte de la Cofradía. Poco más atrás salió el carro, flanqueado por la Brillat y dirigido por Carlos Borrás en sustitución de su tío, Manuel Sanjurjo, el cofrade carrero con un relevo simbólico en medio de la rúa Real. Cuando la cabecera alcanzó O Berbés, hubo que esperar ante el lento transitar del Cristo. Allí se le unieron las damas de la Cofradía, de negro riguroso y con mantilla; la banda Unión Musical de Coruxo y dos policías locales motorizados con uniforme de gala. Al llegar la imagen a la Praza dos Ratos sonaron las salvas en honor y se incorporaron los integrantes de la Orde dos Cabaleiros y la Cofradía del Jesús del Silencio. Los últimos en añadirse a la procesión, siempre por delante de la talla, fueron los ofertantes de flores. Medio centenar de devotos con trajes regionales gallegos llevaron desde A Laxe hasta la Porta do Sol, donde las entregaron al Cristo en una despedida, en la que no faltó una jota valseada. Entre los cientos de miles de caras anónimas que cumplían promesas, hacían peticiones y simplemente mantenían una tradición, desfilaron autoridades militares de la Comandancia Naval de Vigo o de la Guardia Civil; representantes políticos, encabezados por el alcalde Abel Caballero con el bastón de mando, junto a concejales socialistas (Ángel Rivas, López Font, Raquel Díaz y Chus Lago) y del PP (Chema Figueroa, Teresa Egerique y Alexia Alonso). También asistieron Marta Iglesias, de la Diputación; la ex-alcaldesa Corina Porro, ahora presidenta del Consello Económico y Social; Ignacio López-Chaves, presidente del Puerto; Antonio Coello, subdelegado del Gobierno en Pontevedra y el Valedor do Cidadán, Luis Espada. Como anfitriones los representantes religiosos, al frente el párroco de la Concatedral, Moisés Alonso, acompañado por el obispo de Tui- Vigo, Luis Quinteiro, y sacerdotes de las parroquias viguesas y de localidades lindantes. Como invitado, el arzobispo de Tánger, Santiago Agrelo, quien ofició las misas matutinas de la novena del Cristo. Fuente: Atlántico Diario

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