La Talla

Pocos datos se tienen sobre las características originales de la talla.
Poco a poco se ha ido oscureciendo por un lado, por no haberla cuidado debidamente, pero por otro lado, por el humo de las velas que ardían dentro del templo de Santa María. Por ello, no está permitido hoy en día introducir velas en el interior de la nave.

Hace casi 30 años, en la procesión de 1980, se apreció un deterioro en la pintura de la talla así como la rotura de uno de los dedos de la mano por lo que se procedió a restaurarla. En el informe emitido tras la restauración por los talleres de Rafael y Ricardo San Marcial, se reconoce que también tiene un dedo de los pies dañado

Años más tarde, en 1995, el Taller de Restauración del Museo de Pontevedra procede a una limpieza de la talla. Con todo, el párroco actual de la Colegiata, D. Moisés Alonso Valverde, se encargó tres años después de gestionar la restauración en un taller de Madrid para que la figura recuperase su aspecto original. Los trabajos duraron dos meses.

La actual talla tiene un trazado clásico-realista y está realizada en madera de álamo policromada al óleo. Presenta un paño de pureza anudado al lado izquierdo y ceñido por un cordón. Los clavos son de acero y alpaca y el Cristo se encuentra con el pie derecho montado sobre el izquierdo. Su cabello es oscuro, con un color entre marrón y gris, peinado hacia atrás y con un mechón que cae sobre el hombro derecho, hacia el lado hacia el que inclina la cabeza.

En el tronco se aprecian claramente las costillas y sus extremidades inferiores están ligeramente arqueadas hacia un lado. Por los estudios realizados y por las reformas de los brazos, podríamos decir que se trata de un Cristo de descendimiento, es decir, talla que sería usada en Semana Santa para ser introducida en una urna sepulcral y sacada en procesión y que dichas extremidades estarían en una posición más horizontal.